APE te explica la historia y su evolución hasta hoy.
Publicado por Asociación de Pulidores, el 25/01/2017
Acciones tan frecuentes como barrer el suelo del área del comedor, fregar con producto desinfectante e incluso encerar suelos de madera parecen muy normales para cualquiera de nosotros, pero la limpieza y tratamientos de los suelos han sufrido una evolución histórica pareja a la misma higiene personal.
Es sabido que en la prehistoria, los seres humanos dormían sobre lechos naturales y que fueron los griegos quienes empezaron a cubrir los suelos con piedras que pulían con cantos rodados y otras piedras areniscas, tradición acogida por los romanos quienes crearon los “Pavimentum Tessellatum” que no eran más que suelos decorados con mosaicos compuestos de pequeñas piezas de piedras y vidrio, hoy denominadas teselas, de distintos colores.
Para mantener limpios los suelos, se utilizaban escoba fabricadas con hojas de palmera o tallos de diversas plantas, que pulían y dejaban brillantes los suelos de mosaico, mármol, ladrillo o mortero.
En los comedores, se solían colocar suelos de materiales no porosos ya que el suelo recibía los desperdicios de la comida. Para limpiarlos, se utilizaba serrín que absorbía las grasas y líquidos antes de barrer, aunque también era frecuente la técnica del baldeo con agua.
Por la Edad Media es mejor pasar de puntillas, ya que los suelos tanto del interior como del exterior de las casas, recibían los excrementos de quienes los habitaban regulándose en muchos casos una retirada semanal de tal asquerosidad. Si hasta el Palacio de Versalles tenía fama de inmundo, habitado por moradores sin hábitos de higiene que realizaban sus necesidades en corredores y jardines.
No sería hasta el siglo XIX y tras haber pasado por muchas epidemias que diezmaban la población, que surge con la Revolución Industrial una conciencia de que la higiene personal y del hogar es fundamental para gozar de buena salud. Es ahí cuando surge el germen de los productos de limpieza que hoy conocemos, como el jabón o los desinfectantes.
En el siglo XX, la higiene personal ya era un claro indicativo de estatus social y la sociedad recibe con entusiasmo inventos como la fregona. Es a partir de ese momento, cuando además de la limpieza y desinfección del suelo, empieza a existir una demanda al alza de recuperación y conservación de los sueloscompuestos de piedras naturales como el mármol o granito.
Con el desarrollo tecnológico y la evolución de los productos de limpieza, existen hoy día técnicas muy eficaces de pulido y abrillantado de suelos con el mínimo impacto para el mismo.